Fue
a principios
del siglo XX
Durante el reinado de Alfonso XIII cuando España se encontraba sumida en un pasado con una economía eminentemente agrícola.
Para revertir esta situación y conseguir una mayor calidad de vida, centraron todo su interés en un recurso que siempre había estado ahí: El agua como energía, como un motor esencial para la vida.
Así fue como, por todo lo largo y ancho del país, se empezaron a acometer obras de canalización y embalsado del agua haciéndonos llegar a nuestras dos primeras paradas.
Una al Sur, en la provincia de Málaga, con la creación del Caminito del Rey en el desfiladero de los Gaitanes. Hoy día, uno de los símbolos más emblemáticos del turismo malacitano.
Otra al Norte, en Asturias, el canal y la senda de la Garganta del Cares, también todo un referente en el turismo asturiano.
Un siglo más tarde, el Caminito del Rey y la Senda de Cares se convertían en todo un reclamo para miles de turistas y amantes de los espacios naturales.